{"id":1928,"date":"2015-10-18T16:55:54","date_gmt":"2015-10-18T16:55:54","guid":{"rendered":"http:\/\/sextadejudioscolinegros.es\/?p=1928"},"modified":"2015-10-18T17:10:19","modified_gmt":"2015-10-18T17:10:19","slug":"entrega-de-insignias-2015","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/sextadejudioscolinegros.es\/entrega-de-insignias-2015\/","title":{"rendered":"Entrega de insignias y distinci\u00f3n de honor 2015"},"content":{"rendered":"
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JUEVES SANTO 2015<\/strong><\/span><\/div>\n
Entrega de insignias y distinci\u00f3n de honor<\/strong><\/span><\/div>\n<\/div>\n
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El pasado Jueves Santo, tras homenajear a la memoria de nuestros jud\u00edos desaparecidos con el ramo de flores en el monumento al jud\u00edo que erigiera en su d\u00eda D. Francisco Ariza, asistir a las Confesiones y degustar el t\u00edpico vino dulce a su finalizaci\u00f3n; como cada a\u00f1o en el cuartel de la Sexta de los Jud\u00edos Colinegros se vivieron momentos de convivencia, emoci\u00f3n, recuerdo, homenaje y reconocimiento<\/span><\/span>. El d\u00eda del Amor Fraterno comenz\u00f3 en nuestra casa hermandad con la lectura de un texto escrito por D\u00f1a. Pasi\u00f3n Guijarro Herrador<\/em>, jud\u00eda colinegra de la Sexta. Dec\u00eda as\u00ed:<\/p>\n

\"pasion<\/a><\/p>\n

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PASOS QUE DEJARON HUELLA<\/b><\/em><\/span><\/p>\n

Despierta el d\u00eda vac\u00edo de la noche que no ha dormido, en las calles que deambularon tras unos pasos, en los pasos que recorrieron su camino y vistieron las calles de un blanco que ol\u00eda a presidio y que ahora, rendidos, descansan para entregar el camino a esos pasos que nacen azabaches, oscuros, con olor a una alborada impregnada en jazm\u00edn. Despierta el d\u00eda en la ant\u00edtesis del silencio ensordecedor en las calles de Baena, del sosiego en unos corazones que laten con rapidez enternecidos por ese sonido que duerme en los chillones de un tambor, por esas baquetas que descansan tanto como hieren en unas manos rendidas y entregadas por una misma pasi\u00f3n. <\/em><\/span><\/p>\n

\u201cNo suena bien, esto es hojalata\u201d, me quejo entonces a mi padre tras un toque presto en el pellejo tenso. \u201cHay que tocar fuerte, ma\u00f1ana por la ma\u00f1ana estar\u00e1 canela\u201d. Mi tambor rompe en silencio de la noche caprichoso, insatisfecho, rebelde, exigente y es este sonido el que hace despertar la luz de la madrugada adormecida, sonido presidido por dos banderas imperantes de poder y dolor por esa cinta negra cubierta de luto. Primera punzada. Es entonces cuando la turba se conforma tras el bast\u00f3n de un cuadrillero y avanza esa marea negra azabache de sonido hacia ese nuestro San Francisco. Y miro al cielo, apagado, opaco, dormido, que contrasta con el pelo cano de un jud\u00edo. Tambi\u00e9n alza su mirada al manto celeste y sus ojos centellean al ritmo de un \u201cque tan, que tan plan\u201d que comienza a doler en el pensamiento, pensamiento que alej\u00e1ndose de unos pasos se recrea en el recuerdo. Recuerdo de toques que se apagaron, recuerdos de anta\u00f1os andares por la Calle Llana que ya ascendieron al Cielo. <\/em><\/span><\/p>\n

De nuevo, otra punzada, esta vez cubierta de un amargo sabor a a\u00f1oranza. A\u00f1oranza por redobles \u00fanicos que se extinguieron, por palabras de aliento y quejas de sufrimiento. Miro a la turba. Y faltan. Y duele. Y como si de un encuentro se tratase, veo c\u00f3mo hijos, que golpean su tambor y aminoran su marcha, levantan la cabeza al cielo y tras una pausa, dibujan una sonrisa que se convierte en abrazo. Entonces veo c\u00f3mo esos hijos lucen con orgullo esos anillos anta\u00f1os de a\u00f1os, c\u00f3mo los nietos hacen ondear esos plumeros antiguos con olor a recuerdo. Y miro al cielo, la punzada regresa un poco m\u00e1s fuerte. Y veo c\u00f3mo el Cielo sonr\u00ede, c\u00f3mo los tambores acogen su regocijo, c\u00f3mo las primeras luces del amanecer reflejan las miradas de los que ya no est\u00e1n pero que nunca faltan. Entonces miro a mi padre, que tambi\u00e9n mira al Cielo. <\/em><\/span><\/p>\n

Amanece y el sonido de mi tambor comienza a amoldarse a mis o\u00eddos. Surgen del recuerdo las palabras que alguien dijo: \u201cVamos a por Jes\u00fas a San Francisco\u201d, palabras que un d\u00eda se hicieron insignificantes para mis o\u00eddos pero que grabaron mi memoria. Palabras de un jud\u00edo a las puertas de mi cuartel, palabras de un Teniente Cuadrillero, palabras de Felipe Arjona, el padre, cuyo hijo, est\u00e1 ahora, mirando al Cielo, con esa mirada de Judas arrepentido ante los ap\u00f3stoles, con esa mirada hacia el recuerdo de unos pasos que fueron gu\u00eda, ejemplo y mando y, al encontrarme de frente con ese Nazareno, con mi tambor que ya suena \u201ccanela\u201d, sonr\u00edo. Sonr\u00edo porque est\u00e1n, porque me equivocaba. Porque s\u00e9 que se van, pero nunca del todo, porque s\u00e9 que en nuestra Semana Mayor tambi\u00e9n redoblan a Nuestro Nazareno, tambi\u00e9n miran de frente sus ojos vidriosos de dolor y sufrimiento, tambi\u00e9n nos gu\u00edan con sus andares distintivos, tambi\u00e9n toman esa copita de vino dulce el Jueves Santo  tras las Confesiones, tambi\u00e9n ondean sus banderas para recibir esas miradas de los que desde la Calle Mesones seguimos la huella imborrable que han dejado sus pasos. Y es entonces cuando entend\u00ed esas palabras, cuando mis ojos, envueltos en un brillo cristalino, se rindieron ante ellas. Es entonces, cuando comprend\u00ed que, cada Viernes Santo de madrug\u00e1 el camino tras la b\u00fasqueda de Jes\u00fas ser\u00eda una ant\u00edtesis de dolor y alegr\u00eda, de recuerdos, melancol\u00eda y gozo, de vida y muerte. Ser\u00eda entonces cuando tras los pasos del Nazareno estuvieran los de mis mayores y solo tras ellos los m\u00edos, ser\u00eda entonces cuando comprend\u00ed que en ese momento, cada a\u00f1o, abrazar\u00eda con el recuerdo a los que ya no est\u00e1n, cuando comenzar\u00eda el redoble como acompa\u00f1ante, acompa\u00f1ante y aprendiz de la verdadera figura del jud\u00edo de Baena, de los verdaderos fundadores de las cofrad\u00edas, de los verdaderos cofrades que marcar\u00edan la historia de nuestra Semana Santa.<\/em><\/span><\/p>\n

Y ahora, desde mi ventana y en Cuaresma, miro al cielo despejado al atardecer y si cierro los ojos puedo o\u00edr el sonar de un tambor que suena \u201ccanela\u201d que surca el Cielo para llegar hasta los o\u00eddos de mi abuelo, Manuel.<\/em><\/span><\/p>\n

Por todos aquellos que estuvieron y siempre estar\u00e1n, que crearon recuerdos y formar\u00e1n parte de ellos, por todos aquellos que miran de frente al Nazareno y nos ense\u00f1an c\u00f3mo hacerlo.<\/em><\/span><\/p>\n

\u00a1Un redoble por y para cada uno de ellos, que dejaron huella en nuestra memoria y en nuestro coraz\u00f3n!<\/em><\/span><\/p>\n

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El acto contin\u00fao con la entrega de Insignias de Plata<\/strong> a los hermanos que llevan 25 a\u00f1os como jud\u00edos de la Sexta. En este caso el reconocimiento correspondi\u00f3 a los hermanos <\/span>D. Juan P\u00e1rraga Porcuna, D. <\/em>Rafael Torrecilla Ramirez, D. <\/em>Mateo Castilla Gallardo, D. <\/em>Antonio Manuel \u00c1lvarez Onieva, D. <\/em>Jos\u00e9 Luis P\u00e1rraga Gonz\u00e1lez, D. <\/em>Jos\u00e9 Manuel Baena Bareas, D. <\/em>Manuel Baena Amores y D. <\/em>Jos\u00e9 Manuel Guijarro Salamanca, que emocionados recogieron sus meritorias insignias.<\/em><\/p>\n<\/div>\n

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